Sobre VROCC
Nuestra misión
Promover y utilizar las artes y las culturas latinoamericanas como un motor para fortalecer comunidades y el crecimiento económico.
Nuestra visión
Crear una comunidad multigeneracional vibrante e interconectada donde todos se sientan bienvenidos, valorados y empoderados para contribuir al cambio social y tomar acción comunitaria mediante las diversas artes y culturas latinoamericanas.
Nuestra Historia
En el año 2013, para sobrellevar el inmenso dolor y la tristeza que la acompañaban cada día tras la partida de su única hija, Verónica Robles y su esposo Willy López decidieron fundar el Centro Cultural Verónica Robles (VROCC), una organización sin fines de lucro ubicada en el corazón de East Boston. En esencia, el centro enseña los valores del amor y el respeto a través de la danza folclórica, la música y las artes.
Sobre los fundadores
Verónica es cantante y música de mariachi, además de bailarina y coreógrafa folclórica, con una trayectoria profesional en marketing y producciones. Ha utilizado de manera efectiva el poder de las artes y la cultura para unir comunidades y crear conciencia sobre la importancia de la diversidad, la equidad y la inclusión. Con amor, pasión e impacto, Verónica “La Mera Mera” se ha convertido en un ícono cultural en Boston. Como mujer de valentía y principios, y sobreviviente de cáncer, vive su vida al máximo, llena de alegría, pasión y amor. Su trabajo honra la memoria de su única hija, Kithizia.
Willy López es cantautor, productor musical y de video, además de ingeniero de sonido. Aprendió a tocar la guitarra a los 6 años, con una guitarra rústica hecha por su padre, Don Guillermo. Willy nació en un pequeño valle junto a un río llamado “Quebrada Curaca” en la Amazonía peruana. Sin embargo, sus padres, Don Guillermo y Doña Paula, decidieron mudarse a Iquitos, una gran ciudad, para que sus hijos pudieran estudiar. Allí la familia enfrentó muchos desafíos.
A muy temprana edad, Willy tuvo que emigrar a Lima y luego a Ecuador y Nueva York para perseguir su sueño de convertirse en cantante. Se estableció en la Gran Manzana y se convirtió en un prestigioso ingeniero de sonido. Tras algunos años trabajando para la compañía “Latin Sound”, decidió abrir su propio estudio de grabación, “La Guardia Recording Studios”, en Queens. Entre 1969 y 1995, Willy se convirtió en el ingeniero y productor favorito de muchas celebridades latinas de la música.
